viernes, 22 de febrero de 2013

¿Cómo será la educación dentro de 200 años?

En este blog quiero adjuntar un comentario sobre un vídeo que tuve que realizar para otra asignatura, el cual me pareció muy interesante:

http://mariabarrosomegias.blogspot.com.es/2012/10/tarea-individual-comentario-del-video.html


También adjunto el vídeo:



La ecoauditoría en el aula.



La ecoauditoría escolar supone un eficaz instrumento en Educación Ambiental que pretende explotar las posibilidades educativas del centro escolar como hábitat del alumno, y fomentar la coherencia de nuestras actuaciones educativas, proponiendo que los centros se cuestionen su estado de salud ambiental y las actitudes que en ellos se desarrollan.
Una ecoauditoría escolar consiste básicamente en un proceso de automejora en el hábitat de los centros, que además de ser un fin en sí mismo, puede constituir una útil herramienta de educación ambiental. Expuesto brevemente, el proceso a seguir sería el siguiente:

  • Se constituye un equipo coordinador, con representantes de los diversos estamentos educativos (alumnos, profesores, personal no docente...). Este equipo planifica, organiza y evalúa las actividades de todo el proceso.
  • Auditoría medioambiental. Los alumnos analizan el estado inicial del centro en aspectos materiales y en aspectos de comportamiento y actitudes. Se detectan las deficiencias.
  • Plan de acción. Se fijan objetivos de mejora a cumplir, fechas y plazos. Se elabora un Código de Comportamiento a seguir por todas las personas del centro.
  • Control y evaluación. Se evalúa el cumplimiento de objetivos y en consecuencia se replantean aquellos no logrados, se incluyen otros, etc.

Tanto en el análisis del estado del centro mediante la auditoria, como en las propuestas de mejora, se debe prestar especial atención no sólo a la gestión que se realiza de agua, energía, y residuos sólidos que genere el centro, sino como primer tema, el respeto al entorno humano y material.
 
La metodología descrita hace este proceso de interés y realizable para cualquier centro educativo, y probablemente muchos centros realicen explícita o implícitamente actuaciones similares o relacionadas. Pero dadas sus posibilidades, y con idea de apoyar esta línea de actividades existe una red europea de Ecoescuelas, actualmente con más de 2000 centros en toda Europa, que se impulsa en Andalucía gracias a la colaboración entre la Consejería de Educación y Ciencia, la Consejería de Medio Ambiente y la Asociación Española de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC), responsable de dicha red en el estado español, y asimismo de la campaña Banderas Azules de las playas. El trabajo a realizar durante el curso escolar 1999/2000 con los centros andaluces participantes en dicha red, permitirá sentar unas bases para que el próximo curso escolar 2000/2001 la participación en la misma sea abierta a cualquier centro andaluz interesado.

Algunas actividades que se pueden hacer dentro de una clase para fomentar este proyecto serían:

-Experimento
  •  Objetivo: Reflexionar y formular hipótesis sobre la descomposición de distintos tipos de materiales, orgánicos e inorgánicos.
  •  Materiales: Dos maceteros, tierra, botella de plástico y manzana.
         
Hacemos un experimento en clase: en una maceta enterraremos con tierra una botella de plástico, y en otra maceta una manzana. ¿Qué creéis que pasará cuanto la desenterremos? ¿Qué material creéis que estará y cuál no? Cuando haya pasado un mes lo descubriremos.


-¿Cuántos residuos generamos en casa? ¿Reciclan nuestros padres?
  • Objetivos: Conocer la cantidad y los distintos tipos de residuos que generamos en nuestra casa en un día cotidiano. Fomentar conductas positivas con respecto a los residuos. Compartir con las familias la preocupación despertada en los niños en relación con el medio ambiente.
  • Materiales: Hoja de registro de residuos familiar, gomets rojos y gomets verdes
Vamos a elaborar un registro de residuos para casa similar al de nuestra aula, pero con la finalidad de llevarlo a casa para que lo rellenen con sus padres. Haremos un sondeo de cuantas familias separan la basura en casa para reciclar. El registro será muy parecido al nuestro, con vidrio, papel, plástico y materia orgánica. Lo realizaremos juntos en el ordenador del aula, lo imprimiremos y cada uno rellenará el nombre de sus padres para llevarlo a casa. Se llevarán también gomets de colores verde y rojo, con el fin de colocar un gomet verde si lo han separado correctamente para reciclar y rojo si lo han tirado a la basura mezclado.

Webgrafía:

 http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/contenidoExterno/Pub_aula_verde/aulaverde19/eco.html

http://www.um.es/c/document_library/get_file?uuid=dad63469-6e6b-47a3-bb5f-3676b0374544&groupId=299436 

 

La brecha digital

La brecha digital se define como la separación que existe entre las personas (comunidades, estados, países…) que utilizan las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como una parte rutinaria de su vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas y que aunque las tengan no saben cómo utilizarlas.



Como tal, la brecha digital se basa en diferencias previas al acceso a las tecnologías. Este término también hace referencia a las diferencias que hay entre grupos según su capacidad para utilizar las TIC de forma eficaz, debido a los distintos niveles de alfabetización, carencias, y problemas de accesibilidad a la tecnología. También se utiliza en ocasiones para señalar las diferencias entre aquellos grupos que tienen acceso a contenidos digitales de calidad y aquellos que no. El término opuesto que se emplea con más frecuencia es el de inclusión digital y el de inclusión digital genuina (Maggio, 2007).

Aspectos teóricos de la brecha digital

Algunos de los primeros autores que abordaron el problema de la Brecha Digital desde una aproximación sistemática y socialmente profunda fueron Herbert Schiller y William Wresch. De manera general, estos autores planteaban la necesidad de incluir a todos los sectores de la población en el acceso a la información disponible a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como de las posibles ventajas derivadas de tal acceso.
Uno de los aspectos más recientes que han sido analizados sobre la brecha digital, tiene que ver no solamente con el acceso a Internet, sino con la calidad de dicho acceso y la disponibilidad de conexiones de banda ancha que permitan acceder a contenidos multimedia en tiempos y costos adecuados al contexto de los usuarios.
El investigador holandés Jan van Dijk identifica cuatro dimensiones en el acceso: la motivación para acceder; el acceso material; las competencias para el acceso; y el acceso para usos avanzados. Plantea que la brecha digital está en constante evolución, dado el surgimiento de nuevos usos tecnológicos.

El propósito de la brecha digital es enfocarse a la revisión de la información y comunicación para el extenso desarrollo de las TICs.

Cifras entorno a la brecha digital

Según Internet World Stats, en el 2010, de los 1966 millones de internautas conectados, casi el 63% vive en los países industrializados, donde reside el 15% de la población mundial. Mientras que Europa y Estados Unidos suman 501 millones de usuarios, en todo el continente africano la cifra desciende a 110 millones, y estas diferencias se manifiestan asimismo entre hombres y mujeres, ciudad o campo, edades, estatus sociales, paralelamente a las "brechas" de siempre: el acceso a la sanidad, a la educación, la mortalidad infantil, el hambre, la pobreza.
Datos de 2006 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones muestran que mientras el 58.6% de los habitantes de los países desarrollados tienen acceso a Internet, en los países en vías de desarrollo apenas el 10.2% de los habitantes tiene acceso a esta tecnología.

Estrategias para disminuir la brecha digital

Una manera de disminuir la brecha digital es implantar políticas de accesibilidad web, para que todas las personas, independientemente de sus limitaciones físicas o de las derivadas de su entorno puedan usar de forma satisfactoria Internet y la World Wide Web.
Una gran cantidad de gobiernos de todo el mundo, han desarrollado planes encaminados a la disminución de la Brecha Digital, en estrecha colaboración con el sector privado, de manera que se ha planteado la necesidad de estimular no sólo el acceso, sino también el uso y la apropiación de las nuevas tecnologías, combatiendo las demás brechas que subyacen a la digital.
Sin embargo, algunos trabajos han concluido que muchas de estas iniciativas responden a visiones optimistas sobre el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación en el desarrollo, y conciben que el problema de la Brecha Digital se resolverá mediante la introducción de computadores personales con acceso a Internet.
Aspectos como la capacitación de los usuarios y la creación de contenidos culturalmente adecuados a cada contexto, son dejados de lado. De forma similar, las comunidades receptoras en estos procesos de equipamiento tecnológico pocas veces se tienen en cuenta.
En este sentido, algunos autores plantean que las TICs deberían proporcionar un espacio de encuentro de una nueva esfera pública, donde la sociedad civil pueda definirse y comprenderse en su diversidad y donde las estructuras políticas estén sujetas al debate público y sean evaluadas por sus acciones, garantizando la participación de las categorías más excluidas a través de perspectivas de género, regionales y sociales.

Críticas hacia el concepto de brecha digital


La brecha digital no es un fenómeno que sea reconocido de forma unánime. Entre las principales críticas que se hacen, destacan los señalamientos hechos por Benjamin M. Compaine, -quien sostiene que se trata de un asunto que ha sido objeto de manipulaciones políticas y que las actuales diferencias observadas en el acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación, se salvarán gracias al destacado impulso de este sector del mercado.
La diferencia social que existe entre aquellas personas que saben utilizar las TIC y aquellas que no, no siempre es un problema de posibilidad de acceso e infraestructuras (servicio universal) o conocimientos previos (alfabetización digital), sino que en la mayoría de los casos es un problema de actitud personal en lo referido a las nuevas tecnologías.


Webgrafía: 




jueves, 21 de febrero de 2013

Aprendizaje y Servicio Solidario.



¿Qué es?
Aprendizaje y Servicio Solidario (AySS) es una metodología que integra el servicio a la comunidad con el aprendizaje de contenidos, habilidades y valores. El AySS funde intencionalidad pedagógica e intencionalidad solidaria.
Aprendizaje y Servicio Solidario es una propuesta educativa que combina aprendizaje y servicio a la comunidad en un mismo proyecto. En él, los participantes motivados hacia determinada problemática actúan sobre el entorno con intención de mejorarlo.
Aprendizaje y Servicio Solidario es un proyecto educativo con utilidad social. La interacción entre aprendizaje y servicio intensifica los efectos de ambos. El aprendizaje mejora el servicio a la comunidad, que gana en calidad de vida y en equidad. El servicio da sentido al aprendizaje, al permitir que se transfiera a la realidad en forma de acción.
Aprendizaje y Servicio Solidario es, en definitiva, un modelo educativo que adquiere sentido a partir de la integración de sus componentes:

·      Aprendizaje: tiene una intencionalidad educativa explícita, vinculada a la adquisición de conocimientos, habilidades, actitudes y valores.
·    Servicio Solidario: moviliza el interés de sus protagonistas hacia un servicio a la comunidad.
·    Aprendizaje y Servicio Solidario: vincula el aprendizaje al ejercicio de la ciudadanía activa. 

Señas de identidad

·  Una estrategia pedagógica innovadora: Aprendizaje y Servicio Solidario es una estrategia pedagógica útil para la educación formal y no formal, dirigida a todas las edades y a todas las etapas educativas. Para su desarrollo, las entidades implicadas deben identificar el espacio educativo en el que se va a abordar. En el ámbito de la educación formal puede desplegarse en tutorías, pivotar sobre varias materias o ser objeto de un tiempo específico. En educación no formal puede impulsarse en colonias urbanas, campamentos, campos de trabajo, etc.
 ·  Una respuesta a necesidades sociales concretas: El AySS concibe el servicio como una respuesta a necesidades reales de la sociedad. Necesidades que pueden ser de diverso tipo: protección del medio ambiente, recuperación del patrimonio cultural, ayuda a grupos sociales en situación de desventaja, etc. El servicio permitirá aplicar los conocimientos previos a la realidad, formular interrogantes intelectuales y cívicos y ser fuente de experiencias que favorezcan nuevos aprendizajes.
·  Un proceso de adquisición de conocimientos y habilidades para la vida: El AySS desarrolla procesos conscientes, planificados y sistemáticos de aprendizaje que relacionan tareas de servicio con contenidos y competencias relevantes, tanto para la educación formal como de la no formal.
·  Un método pedagógico activo y reflexivo: El AySS se inspira en una pedagogía de la experiencia, la participación activa, la reflexión, la interdisciplinariedad, la resolución de problemas y la cooperación.
·  Un trabajo en red: El AySS requiere un trabajo en red que permita coordinar a las instituciones educativas formales y no formales con las organizaciones sociales que intervienen en la realidad sobre la que se pretende incidir mediante el desarrollo del servicio. Esta alianza permite a las instituciones educativas abrirse al entorno social y a las organizaciones sociales ejercer una influencia formativa. Complementa así la acción de las instituciones educativas, en línea con el concepto de “ciudad educadora” en el que todo el tejido ciudadano ejerce una acción formativa.
·  Un impacto formativo y transformador: El AySS incide en el aprendizaje de contenidos intelectuales, emocionales y conductuales; desarrolla competencias aplicables a diversos ámbitos; impulsa el pensamiento crítico y la responsabilidad cívica; transmite valores que fomentan el desarrollo personal y la ciudadanía, y contribuye a mejorar el entorno social.

El Aprendizaje y Servicio Solidario se diferencia de otras pedagogías de la experiencia y prácticas de participación comunitaria. En el gráfico desarrollado por la Universidad de Stanford (SERVICE-LEARNING 2000 CENTER. Service Learning Quadrants, Palo Alto, C.A. 1996), se identifican las características de diferentes tipos de proyectos. El modelo tiene dos coordenadas: el servicio y el aprendizaje. El resultado de su combinación se define por cuatro cuadrantes:

·         Primer cuadrante: actividades de alto nivel de servicio a la comunidad pero desconectadas de los aprendizajes de los centros educativos. Como en muchas actividades de voluntariado, el énfasis está en el servicio.
·         Segundo cuadrante: proyectos con doble énfasis: un servicio de calidad y un aprendizaje sistematizado. Este es el caso del aprendizaje servicio. Además, se diferencia de otras aproximaciones por beneficiar igual a las personas que prestan el servicio -y que a través de este aprenden- y a sus destinatarios.
·         Tercer cuadrante: proyectos centrados en el aprendizaje de contenidos específicos, pero con un nivel de servicio a la comunidad bajo. Algunas investigaciones y trabajos de campo son propuestas de este tipo.
·         Cuarto cuadrante: proyectos de baja calidad de servicio y de aprendizajes poco sistematizados, iniciativas esporádicas y poco intensas con escasas oportunidades para aprender.

Por lo tanto, el AySS no es:
·    Un proyecto de voluntariado bien planteado.
·    Un proyecto de voluntariado débil y poco sistematizado.
·    Un trabajo de campo o las prácticas de una asignatura.

Webgrafía: