Aspectos teóricos de la brecha digital
Algunos de los
primeros autores que abordaron el problema de la Brecha Digital desde una
aproximación sistemática y socialmente profunda fueron Herbert Schiller y
William Wresch. De manera general, estos autores planteaban la
necesidad de incluir a todos los sectores de la población en el acceso a la
información disponible a través de las nuevas tecnologías de la información y
la comunicación, así como de las posibles ventajas derivadas de tal acceso.
Uno de los
aspectos más recientes que han sido analizados sobre la brecha digital, tiene
que ver no solamente con el acceso a Internet, sino con la calidad de dicho
acceso y la disponibilidad de conexiones de banda ancha que permitan acceder a
contenidos multimedia en tiempos y costos adecuados al contexto de los
usuarios.
El investigador
holandés Jan van Dijk identifica cuatro dimensiones en el acceso: la motivación
para acceder; el acceso material; las competencias para el acceso; y el acceso
para usos avanzados. Plantea que la brecha digital está en constante evolución,
dado el surgimiento de nuevos usos tecnológicos.
El propósito de
la brecha digital es enfocarse a la revisión de la información y comunicación
para el extenso desarrollo de las TICs.
Cifras entorno a la brecha digital
Según Internet World Stats, en el 2010, de los 1966 millones de internautas conectados, casi el 63% vive en los países industrializados, donde reside el 15% de la población mundial. Mientras que Europa y Estados Unidos suman 501 millones de usuarios, en todo el continente africano la cifra desciende a 110 millones, y estas diferencias se manifiestan asimismo entre hombres y mujeres, ciudad o campo, edades, estatus sociales, paralelamente a las "brechas" de siempre: el acceso a la sanidad, a la educación, la mortalidad infantil, el hambre, la pobreza.
Datos de 2006 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones muestran que mientras el 58.6% de los habitantes de los países desarrollados tienen acceso a Internet, en los países en vías de desarrollo apenas el 10.2% de los habitantes tiene acceso a esta tecnología.
Estrategias para disminuir la brecha digital
Una manera de disminuir la brecha digital es implantar políticas de accesibilidad web, para que todas las personas, independientemente de sus limitaciones físicas o de las derivadas de su entorno puedan usar de forma satisfactoria Internet y la World Wide Web.
Una gran cantidad de gobiernos de todo el mundo, han desarrollado planes encaminados a la disminución de la Brecha Digital, en estrecha colaboración con el sector privado, de manera que se ha planteado la necesidad de estimular no sólo el acceso, sino también el uso y la apropiación de las nuevas tecnologías, combatiendo las demás brechas que subyacen a la digital.
Sin embargo, algunos trabajos han concluido que muchas de estas iniciativas responden a visiones optimistas sobre el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación en el desarrollo, y conciben que el problema de la Brecha Digital se resolverá mediante la introducción de computadores personales con acceso a Internet.
Aspectos como la capacitación de los usuarios y la creación de contenidos culturalmente adecuados a cada contexto, son dejados de lado. De forma similar, las comunidades receptoras en estos procesos de equipamiento tecnológico pocas veces se tienen en cuenta.
En este sentido, algunos autores plantean que las TICs deberían proporcionar un espacio de encuentro de una nueva esfera pública, donde la sociedad civil pueda definirse y comprenderse en su diversidad y donde las estructuras políticas estén sujetas al debate público y sean evaluadas por sus acciones, garantizando la participación de las categorías más excluidas a través de perspectivas de género, regionales y sociales.
Críticas hacia el concepto de brecha digital
La brecha digital no es un fenómeno que sea reconocido de forma unánime.
Entre las principales críticas que se hacen, destacan los señalamientos hechos
por Benjamin M. Compaine, -quien sostiene que se trata de un asunto que ha sido
objeto de manipulaciones políticas y que las actuales diferencias observadas en
el acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación, se
salvarán gracias al destacado impulso de este sector del mercado.
La diferencia social que existe entre aquellas personas que saben utilizar
las TIC y aquellas que no, no siempre es un problema de posibilidad de acceso e
infraestructuras (servicio universal) o conocimientos previos (alfabetización
digital), sino que en la mayoría de los casos es un problema de actitud
personal en lo referido a las nuevas tecnologías.
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